5/06/2010

Hoy...

Hoy, hace cuatro años, una llamada de teléfono de escasos segundos cambio mi vida provocando un giro de 180º. ¡Cuántas cosas me han pasado desde este día, que marco un antes y un después para mi! Con la experiencia que me ha dado el transcurrir del tiempo he aprendido a no vivir aferrado al pasado, pero hay hechos que de forma obstinada te hacen revivir el ayer y lo mejor es afrontarlo, analizarlo, dejarlo suelto el tiempo que requiera y por si mismo volverá a su sitio en la caja del recuerdo de nuestra memoria. Afronto este día con algo de miedo o mejor dicho de respeto pues fue el detonante para que pudiese ser yo mismo y empezar un nuevo futuro.

Una vez que tuve resuelto el tema laboral y otras cuestiones me fui a cumplir el sueño de mi vida: vivir en Canadá. Pero no siempre los sueños se cumplen como los soñamos. El tiempo que estuve allí fue una experiencia inolvidable pero había hechos dentro de mí que no me dejaban disfrutar de mi estancia allí. A mi regreso pensé que me había equivocado, sin embargo tras la serenidad que otorga el reposo del tiempo, me he dado cuenta de que no fue así, que no fue un error, sino que no estaba preparado para ello, llevaba demasiadas cosas acumuladas en mi mente que no había asimilado o encajado. La vida, entonces, me mostró su cara menos agradable, demasiadas cosas negativas para llevarlas por mí solo: pilares básicos que yo tenía por firmes en mi vida cayeron; me sentí utilizado; aprendí a escuchar el tedioso silencio del teléfono móvil durante largos días,… Tantas cosas acontecieron, que me llevaron a modelar la forma de mi culo en el sofá. Pero el denso nubarrón que durante mucho tiempo no me permitió ver nada, se ha ido despejando: atrás queda pegar miércoles sí, miércoles no, en el 5º F para vaciar el alma y recomponer el puzzle de mi vida; las noches vacías e interminables se han ido agotando, etc. Aún me quedan por colocar algunas piezas pero ya le veo color a mi vida: comienzo a respirar un aire diferente, mis ojos vuelven a tener brillo, soy capaz de sonreír, de buscar una mirada que tenga reciprocidad, de soñar... e incluso miro al futuro con ilusión.

Hubo momentos que pretendí eliminar el pasado, tenía tanto peso que no me dejaba avanzar. Hoy no tengo ganas de borrar el pasado, ya que considero necesario conservarlo porque he aprendido mucho de él, y en cierta medida, este impulso que ahora llevan mis días se lo debo a él.

Me ha costado mucho aceptar que los amigos en la vida están de paso. Y no hay nada firme en lo que respecta a la amistad. ¿Hay algo firme a los cuarenta y tres años? Tal vez sea síntoma de que las heridas están curadas. A los amigos que se han se ido seguro que algún día tendrán tiempo para la amistad y la vida nos da un nuevo billete para compartir otro viaje, momentos, confidencias, cenas… juntos; pero cuando mi alma estaba por debajo de la capa freática de la moral llegaron otros amigos y me dieron lo más básico, lo más simple, lo más sencillo: su amistad con los brazos abiertos. Gracias, chicos, por aceptarme plenamente en vuestro grupo. ¡Menudo cuarteto formamos!

Las persona que tengo en mi entorno más inmediato saben que mi ciudad, Marbella, es territorio yermo para mí, cada vez percibo con mayor urgencia la necesidad de irme a vivir a un sitio nuevo y que, cuando venda una secuela del pasado pondré tierra de por medio.

La palabra Canadá no esta borrada por completo de mi mente. Y no es un capricho: necesito de nuevos aires para poder seguir avanzando en la vida.

Os seguiré contando.

© Miguel Urda

5 comentarios:

Loli Pérez dijo...

No sé que decirte, Miguel.
Sólo que Canadá está muy lejos, pero que a la vez, hoy en día todo está muy cerca.

B7s
L;)

Alforte dijo...

Miguel, ya sabes que en la vida hay que moverse, avanzar y cambiar de paisajes emocionales y/o físicos.
Ademas así ya tengo casa en Cánada jajaja, país que me encantaría conocer.
bsote viajero

Shurakay dijo...

Ya te lo he dicho muchas veces: cualquier sitio al que decidas irte va a ser muy lejos cunado salgas de Marbella.

Pero también te he dicho que es tu vida y solo de ti depende el que te sientas feliz...sea donde sea.

Como dice Loli, las distancias, hoy en día no son nada.

Muack!!

Nikté dijo...

Siempre he dicho y es una convición: de que mi casa es el mundo, en cualquier ciuadad que esté extraño a otra.

Un beso, petardito.

Ah, y no te vayas antes de conocerte

T.M. dijo...

Me identificio en algunas cosas, y por eso te digo, que nada pasa porque sí, cada vez lo tengo más claro. Que haya nubarrones en alguna época de nuestra vida es lo que hace que maduremos y nos conozcamos mejor, y una vez superado incluso se agradece.
Canadá está muyy lejos...se puede empezar de nuevo más cerquita no?jeje.
Saludos Miguel.