6/01/2014

Diario de una novela. En el punto de mira.


Ayer estuve en la presentación de una novela. El autor, conocido; el libro, con una pinta suculenta –para hincarle los dientes cuando lleguen los días de relax en verano–; y el local, atiborrado de gente. Consigo un hueco de pie, casi al final de la sala. No me importa, no soy de los que gritan o hacen gestos a unos y a otros para hacerse notar y dejar caer sonrisas hipócritas sobre lo mucho que te gusta el autor. Hace calor y la presentación comienza con unos diez minutos de retraso. La mesa preside la sala y eleva del público al escritor, acompañado a su derecha por el editor y por otro escritor de la misma editorial a la izquierda. Comienzan a echar flores sobre la novela el editor y el escritor invitado, casi treinta minutos de alabanzas ininterrumpidas. Por fin tiene la palabra el autor de la novela. Comienza a soltar palabras y en ese momento me echo a temblar.Pienso en mi novela, en la novela que estoy escribiendo, la que no me deja dormir con tranquilidad, la que me acusa cada vez que miro al calendario cuyo punto y final queda lejos. Pienso en ella y en el día que tenga que presentarla. No quiero pensar en eso, pero soy consciente de que si estoy escribiendo es para que algún día se publique y de que antes de que llegue ese momento hay muchos pasos previos, como es la corrección final, la corrección gramatical, la búsqueda de editorial, que te den el sí... pero me pongo en el día X, en el día que tenga que estar sentado en el centro, como padre de la criatura que se presenta. ¿Qué pasará ese día? ¿Acudirá mucha o poca gente? ¿De quién estaré acompañado? Veo que el autor da agradecimientos a su familia, a su alumnos... Me entran escalofríos. El público. Ser el centro de atención durante ¿cuánto tiempo? Todas las miradas estarán puestas en mí. Debo ser sincero y decir que no me veo ahí, en una mesa similar a la de la última cena, acompañado de dos "cómplices". Miro al autor y veo que está cómodo y que las alabanzas de flores sobre uno y otro siguen. ¿Haré yo lo mismo? La gente aplaude. Yo de forma mecánica me pongo a hacerlo también. Estoy sudando. Busco la forma de escabullirme.
© Miguel Urda. Texto

Foto. Google

2 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Miguel el día que llegue ese momento no vas a estar solo, estaremos tus amigos apoyándote y echándole flores a tu novela, que después de todo el trabajo que cuesta escribirla, lo merece.
Así que ese día no te escabullas, y disfruta del momento.

abrazos

Pablo Vázquez Pérez dijo...

Bueno, si hay trolls por la sala ese día NOS ENCARGAREMOS DE ELLOS.