Llevo escritos cincuenta folios hasta el día de hoy, pero escritos en plan bruto, es decir, con márgenes reducidos y llenos de broza que en una próxima relectura serán objetivo del rotulador rojo y del delete del teclado. Una vez hecha la primera limpieza del texto pueden quedar reducidos a treinta y cinco folios. De nuevo me entran las dudas: ¿llevo buen ritmo? ¿estoy contando lo que quería contar? ¿debo mirar constantemente si avanzo o no?
Cada miércoles en clase hablamos sobre el
avance (y también sobre el retroceso) del proyecto de cada uno.
Todos nos identificamos con la persona que no consigue avanzar; todos
nos identificamos con la persona que esta atascada en el folio
veintinueve y por más que intenta salir no puede; todos vemos con
miedo que la fecha de fin de proyecto esta cada vez más cerca.
Tenga treinta y cinco, cincuenta o noventa y
seis folios escritos, solo sé una cosa: no puedo permitirme el lujo
de dejar de escribir. El calendario es mi peor enemigo.
©
Miguel Urda. Texto
Foto. Google
Venga, Miguel, que tu puedes
ResponderEliminarQuerer es poder, Miguel Urda.
ResponderEliminarSé que la vas a terminar y que no te vas a dejar vencer por la página en blanco.
abrazos
Miguel, la novela es tuya.
ResponderEliminarA por ella.
Javi
Miguel, la novela es tuya.
ResponderEliminarA por ella.
Javi
Claro que la terminarás Miguel, yo sería incapaz de hacerlo y menos con el esfuerzo que le estás echando tú. Adelante hombre.
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