12/06/2010

La biblioteca


Hasta hace casi un mes, las discusiones con su hija adolescente eran constantes, motivadas por su desinterés hacia los estudios. De nada había servido los gritos, los castigos… La niña se había ido dando cuenta por sí misma y ahora sólo vivía para los estudios. Prefería hacerlo en la biblioteca. Allí, alegaba, había más tranquilidad, conseguía la concentración necesaria e incluso, dado la cercanía de los exámenes de selectividad, habían ampliado el horario y abría incluso los fines de semana.


Don Alfonso, el padre de la criatura, comentó con su compañero de trabajo el cambio de actitud de su hija respecto a los estudios, a lo cual esté le respondió que a su hijo le había pasado lo mismo.


Los padres no cabían en sí de gozo. Más vale tarde que nunca, se decían cada vez que veían partir a su hija hacia la biblioteca con los libros en la mano. Sólo les cambió el gesto cuando los informativos de las tres de la tarde dieron como noticia la clausura del bar “La Biblioteca” en su ciudad, por venta de estupefacientes y bebidas alcohólicas a menores.


© Miguel Urda

5 comentarios:

Loli Pérez dijo...

Miguel, en tan poco espacio cuentas dos historias, llenas de ironía.

b7s

Salvador Navarro dijo...

Nada es lo que parece...

Elysa dijo...

Bueno no se puede tener todo, los niños no mentían ¿no? Iban a la Biblioteca...

demias dijo...

Muy pocos casos se han dado de cambio de actitud. Los humanos no cambiamos. Si no vales o no tienes interes en estudiar. No lo haras.
Y usaras todas las artimañas y mentirijillas para seguir haciendo lo que te de la gana.

mili dijo...

Hace mucho no pasaba, pero debo decir que el cambio que veo me ha soprendido y muy bien.
Soy de las que creen que las cosas por más imposibles nos parezcan siempre se consiguen solo que la mejor manera es una charla tranquila y serena
Besos