7/07/2024

Un invierno en los Alpes, Zofia Nałkowska: el tiempo sin instrucciones de uso



 


Mientras transcurre la lectura de Un invierno en los Alpes de Zofia Nałkowska, me vienen dos cosas a la mente, parece una novela en la que no ocurre nada, y sus personajes solo se limita a observar el paso del tiempo; y en segundo lugar nos preguntamos si realmente estamos leyendo una copia a menor escala de La montaña mágica de Thomas Mann.

Y así es, en la primera lectura de la novela, el argumento puede sintetizarse en que no ocurre nada, algo que va en contra de lo que establece o exige la narratología como base de una novela: una evolución en un personaje. Es una novela coral, lo cual establece ya un punto de partida, el de que las cosas no van a ser simples. 

Escrita en capítulos cortos, a través de un conglomerado de personajes, representados por diferentes nacionalidades y hospedados en un hotel de montaña. Zofia Nałkowska con esto hace un pormenorizado análisis de la Europa de entreguerras, tocando temas espinosos como el genocidio armenio, o el exilio. La prosa de la escritora polaca parece estar impregnada de talco. Se nota su presencia, pero no mancha. De fácil lectura, incluso hay momentos donde llega a parecer insulsa –pero no aburrida–, con un sustrato narrativo que vertebra la duda sobre leído y nos obliga a volver a ella, para encontrar que esa capa dialogística está sostenida por una ideología que aboga por un consenso de paz y convivencia común. La guerra provoca heridas y todos los personajes tienen secuelas y buscan algo por lo que luchar, aunque solo se trate de vivir el instante o momento. Nałkowska al igual Mann dejan claro que el paso del tiempo es un arma difícil de manejar y viene sin instrucciones de uso.

En la fecha de su publicación se habló sobre el posible plagio a Thomas Mann, pero, aunque ambas novelas tratan un tema bastante similar, son muy diferentes. La duda sobre por qué la autora escribió una novela cuyas miras estarían siempre puestas a la referencia de Mann, es una incógnita y además, en un tiempo próximo, pues solo hay una diferencia de diez años entre una y otra publicación. Lo primero que destaca es su extensión. Una novela de doscientas cinco páginas frente a la de mil cuarenta y ocho del escritor alemán. Lo único que tienen en común es el desarrollo de unos personajes en convivencia dentro de una heterotopía, con sus propias normas y sus propias leyes.No encontramos un capítulo que no cumpla una función y sirva de engranaje con el personaje siguiente. Paseos, comidas, bailes... todo lo que se permite dentro de una residencia en pleno invierno suizo y con la finalidad de consumir tiempo.

De la obra de Zofia Nałkowska en España solo hay tres títulos traducidos: el libro de relatos Medallones publicado enMinúscula, Frontera y Un invierno en los Alpes, ambas en Báltica Editorial. 

El tiempo es como una novela. Solo hay que consumirlo ya sea con Zofia Nałkowska o Thomas Mann. 

© Miguel Urda Ruiz

Texto y fotografía

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