Las tiendas de los museos; Murakami; madrugar; el vermut rojo –ya sea de barril o Martini-; Londres; cocinar con y para los amigos; Madredeus; los puzzles; Némirovsky; dar un beso por sorpresa; los libros de segunda mano; Canadá; el café solo matutino; Nancy Wilson; Cvne; las zapatillas Adidas classic; los geles de baño de los hoteles; Dalí; la música de los ochenta; Tavira; Agua Fresca de A.D.; imaginar; Almudena Grandes; cambiar los muebles de sitio; El País dominical –en general los suplementos dominicales-; los faros; las cenas en mi terraza en verano con los amigos; Sakamoto; Astérix y Obélix; Rebeca –el libro y la película-; remolonear en la cama acompañado -cuando hay ocasión-;la playa en invierno; películas en V.O; el café de por las tardes acompañado; Alberto Iglesias; los pantalones Levis –no necesariamente 501-; recibir un beso por sorpresa; las chucherías; Madrid; mirar las nubes; Auster; las libretas sin estrenar; el arroz y el queso –en todos sus tipos y variantes-; John Williams; la barba de tres días; Carmen Martín Gaite; abrir los regalos de mi cumpleaños lentamente; Alien; Marqués de Riscal; fotografiar las hojas amarillas de los árboles caídas en otoño; Motown; Exins Castillo; el olor de los libros nuevos; Japón; las cenas en invierno en el comedor de mi casa; Sandor Márai; escribir en las cafeterías –sobre todo en los Starbucks, aunque el café sea malo y caro); Anthony and The Johnsons; Con faldas y a lo loco; el licor de café; Friedrich; Retorno a Brideshead –libro y serie-; reír; tinto de verano; Mina; sentarme en la calle a observar a la gente; el yoga; el ruido del silencio; discutir con la tele operadora de mi compañía de móvil; los gulags –y todo lo concerniente a ellos-; el frío; 13 Rué del Percebe; México; el helado de chocolate en invierno; Mafalda; Dina Washington; pasear bajo la lluvia –preferiblemente sin paraguas-; Morenbaun; las series de HBO; las velas, los papeles olvidados; abrazar, abrazar y abrazar; las revistas de viajes; la arquitectura clásica; el olor de las papelerías; perderme en una ciudad desconocida; correr; ir al cine y no comer palomitas; Simply Red; los gorros de lana; el bizcocho de yogurt; Marques de Cáceres; Siete vidas; corregir mis escritos con rotulador rojo de punta fija; conducir por el placer de conducir; los anuncios de televisión; Josefina Aldecoa; los calcetines de rayas de colores; Billie Holliday.
¿Os animáis a definiros en 100 palabras? ¿habéis encontrado la trampa?
© Miguel Urda