Jesús
Carrasco, (Badajoz, 1972) debutó en el mundo narrativo con
Intemperie, una novela que la prensa del gremio ha calificado
como el sucesor de Miguel Delibes. En España ha sido publicada por
Seix Barral y distribuida en más de trece países.
Intemperie es una historia de poco más de doscientas páginas
y de capítulos breves, que al hojearla, antes de iniciar su lectura,
muestra una sensación extraña que no te incita a meterte en ella,
pero que tampoco puedes rechazar. Una vez que ya has comenzado a
leerla, en concreto en mi caso fue en la segunda página, –ojo,
repito, en la segunda página– cuando descubrí que su fama es
desmerecida y que posiblemente me iba a arrepentir de haber
comenzado a leerla. ¿Qué se puede esperar de una novela que se
demora tres páginas en presentar al personaje?
Esta
opera prima esta narrada en tercera persona y que, en efecto,
recuerda a Miguel Delibes en sus temas rurales –es la única
similitud que encuentro a Jesús Carrasco con él–. Hace el amago
de ponerse interesante cuando el protagonista, el niño, se
encuentra con el cabrero, y directamente mi pensamiento se dirigió a
La sonrisa Etrusca de José Luis Sampedro abriendo la
posibilidad de que me encontrase con una relación similar al
nieto-abuelo, con el niño-cabrero. Sin embargo, ocurre todo lo
contrario, la narración me aleja de los sentimientos de los
personajes, sin adentrar en la psicología de ellos, dejando caer los
hechos en una época indeterminada, lo cual, como lector, me provoca
un alejamiento de la historia.
Al
terminar de leer la novela, me quedo como el título: a la
intemperie, sin ganas de decir nada de ella, ni siquiera de
perder el tiempo escribiendo esta reseña o crítica, y es ahí donde
me duele la fama de estos autores noveles o de notoriedad
desmerecida, porque pienso que sí, que es una historia con los
ingredientes necesarios para que resulte atractiva y tenga una
calidad mínima, sino queda en una narrativa inmadura como salida de
un taller literario express.
Pienso en Jesús Carrasco y me entran escalofríos al ver la
responsabilidad que le ha caído sobre su carrera literaria. No
obstante, tengo curiosidad por su segundo libro, el cual leeré
prestado de la biblioteca de mi barrio, para reafirmarme en que a
veces un pequeño fuego narrativo provoca demasiado humo.
©
Miguel Urda Ruiz
2 comentarios:
Comparto con esta crítica literaria la idea de que la época en la que está enmarcada la historia es indeterminada. Como también lo es el territorio en que se desarrolla. Habla de alguaciles, sin embargo no hay nada que me recuerde a un lugar americano.
Veo forzado el léxico rural utilizado, no tiene la naturalidad de Delibes.
Sin embargo, la crítica es demasiado dura. La construcción de los personajes es perfecta y la historia creíble. Para una primera novela, le doy un ocho.
Comparto tu crítica, Miguel. Abusa de un vocabulario enrevesado y de construcciones sintácticas casi ingenieriles para construir un relato que mantiene la tensión, pero que te ofrece poco más que eso. Sufrí momentos de cierta indignación durante su lectura, aunque no dudaré en darle una segunda oportunidad
Publicar un comentario