10/01/2024

Elegía para un americano, Siri Hustvedt: exceso de información





Leí hace algunos años la novela, El verano sin hombres, de Siri Hustvedt y no conseguí entrar en la narrativa de la autora. Por cuestiones que no vienen aquí al caso he tenido que leer Elegía para un americano de esta escritora y conforme me adentraba en la historia me venía la anterior novela. Y no, hay algo que no termina de convencerme.

Gran parte de la narrativa de Estados Unidos se nutre de las duras condiciones que sufrieron las primeras generaciones de inmigrantes que construyeron el país, así como los exiliados provenientes de Europa motivados por ambas Guerras Mundiales. Inicia la trama, muy bien construida, a través de una carta del padre que encuentran los hijos entre sus pertenencias al morir este y nos lleva a un intercambio de presente-pasado (Guerra Mundial), pero falla en la credibilidad de los personajes. Hay momentos donde parecen demasiado resabiados. El exceso de información no conduce a nada bueno. Decir que un personaje está escribiendo un poema basado en T.S. Eliot, que leyó una tesis sobre el 11 de septiembre, que vivió el atentado en primera persona o que has leído a Proust, pues, no aporta nada a la historia, todo lo contrario me aparta de ello. Me sobran páginas e información. El conocimiento tiene que ir dosificado en su justa medida y ahí radica la cuestión para encontrar la dosis idónea. Porque no es demostrar que sabes demasiado, sino adecuar el conocimiento al desarrollo de los personajes de forma coherente.

La novela tiene un principio que engancha, sin embargo, decae a las pocas páginas al ser todo  previsible. El título me parece muy acertado para la trama de la historia, dado que cuando un país está en guerra todos sus habitantes son necesarios y los poderes públicos los alaban y aplauden, pero cuando ya no los necesita los reciben con una elegía. La radiografía que hace de los personajes de New York con sus relaciones y su forma de ver la vida resulta a veces densa, a pesar de que refleje la mentalidad neoyorquina posterior a al atentado de las Torres Gemelas; así como las relaciones familiares, donde siempre hay rencillas ocultas o no y la forma de asimilar los acontecimientos, pues va justificando los hechos y el porqué de cada relación.

Considero a Siri Hustvedt como una escritora valiente, al firmar sus obras con nombre propio y no asirse al apellido de su cónyuge que tiene un peso —y además consolidado— mayor que ella en el mundo de la literatura por lo que siempre su nombre y calidad está expuesta a una crítica comparativa y exhaustiva. No obstante, tiene su público fiel entre el que no me encuentro yo.

© Miguel Urda Ruiz

Texto y fotografía