Hoy he pensado en el día en que ponga punto y final a mi novela. Punto y final. Ahora mismo no me creo que llegue ese momento, pero sé que llegará. ¿Cómo es la vida después de haber estado conviviendo con una idea, con una trama, con unos personajes... durante casi un año y que de pronto ya no estén? ¿Quedará mi vida hueca? ¿Me sentiré un escritor huérfano? ¿Tendré el síndrome de la novela vacía? ...
Punto y final. Decir punto y final no es decir
punto y final y todo se ha acabado. En el proceso de una novela -y
creo que en los diferentes campos del arte también- se coloca punto
y final para dar por acabada una primera versión del trabajo, para
decir ya tengo hecho el gran boceto y ahora toca matizarlo, darle
forma, pulirlo. Hay quien dice que lo que viene después de la
redacción, del proceso de creación, es lo que menos le gusta o
apetece hacer. Yo no estoy de acuerdo con ello. Sí que me costó
trabajo aprender a ver mi texto de diferente forma, a dejarlo en
reposo y volver a trabajarlo de nuevo, pero ese es el quid de la
cuestión, ver cómo la idea toma el cuerpo apropiado, la redacción
es más nítida, más cohesionada, más... es decir, como se
aproxima a la idea original.
Sé que tendré mucho trabajo cuando ponga por
primera vez PUNTO Y FINAL, pero estaré gozoso de saber que lo peor
ya pasó, ahora solo queda disfrutar,porque en el fondo se disfruta
del bolígrafo rojo y la reescritura para volver a colocar de nuevo
PUNTO Y FINAL.
©
Miguel Urda. Texto
Foto. Google
1 comentario:
Miguel hay un largo camino de escritura y muchas horas de trabajo hasta llegar a ese punto final, estoy deseando de empezar por el principio la lectura de ese retoño literario tuyo.
abrazos
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