¿Qué se espera de una novela confesional cuyo protagonista/autor es gay? El amor al revés de Luisgé Martín nos cuenta la vida de un escritor desde su descubrimiento de su condición sexual, hasta que contrae matrimonio. Publicada en Anagrama, esta narrada en una prosa de calidad, cuidada y esmerada que facilita al lector su inmersión en el mundo interior de un chico homosexual en el Madrid de las postrimeras del siglo XX.
En la primera parte, el autor se detiene a narrar con minuciosidad sus miedos, el descubrimiento de su orientación sexual, los primeros filtreos con el sexo, el sabor de la infelicidad que le acarrea ser homosexual, su formación como persona. El sentirse como un bicho raro de la sociedad por mostrar interés por personas de su mismo género. Incluso llega a cuestionarse si la homosexualidad es una enfermedad y se formula la pregunta que aparece cuando llega algo desconocido y no sabemos cómo afrontarlo ¿Por qué a mi? ¿Por qué soy gay? Hay una lucha interna del protagonista con sus miedos, con su condición sexual, con la sociedad la cual lo califica como "el raro" al ser diferente a lo establecido por el canon o estatus social imperante.
El autor refleja el ambiente homosexual en la post movida madrileña, cuando muy pocas personas habían alzado su condición homosexual. Las figuras relevantes del momento intentaban confundir a la imagen pública con sus declaraciones o formas de actuar. Las dificultades de ser gay en una capital. Los mundos y pensamientos de un chico de 14, 16 , 20, 21 años, así como el miedo a que nadie sepa su condición.
Pero Luisgé parece que llegado a la parte final del libro tiene prisa –¿Le apremiaban los editores? ¿Se acercaba la fecha de la feria del libro y quería terminarlo para poder estar presente en las firma?– Le llega lo que tanto ha estado deseando toda su vida y la narración en sí: la felicidad y en una capítulo de tres páginas zanja un periodo de su vida para dar por finalizada la novela. Sin embargo hay rastro de cómo conoció a su pareja, se enamoró... lo único que manifiesta que conoció a Axier, se casaron con un número concretos de invitados y fueron felices. Por momentos pensé que estaba leyendo a Andersen o los Hermanos Grimm. Un cuento con final feliz.
Bien pensado es una buena estrategia narrativa y comercial para que el amor se vuelva del derecho y nos cuente en una segunda parte todo el proceso de la felicidad. En El amor del revés, Luisgé ha intentado emular a Andersen, pero se ha quedado en el camino.
© Miguel Urda Ruiz
Texto y foto