¿Cuántos capítulos llevo escritos? ¿De cuántos capítulos debe constar una novela? ¿Tienen que ser cortos o largos? Evidentemente todas estas preguntas tienen una respuesta personalizada. ¿De cuántos capítulos consta mi novela? En un principio tenía planificados unos quince, de entre diez y quince folios -siempre hablo de la primera versión-, pero la realidad es otra y me están saliendo capítulos más cortos, de un promedio de cinco folios, por lo tanto el resultado final de capítulos va a oscilar entre veinte y veinticinco.
Escribir
un capítulo es como escribir un relato independiente, pero sin que
llegue a serlo, es decir, en cada capítulo debe haber un
planteamiento, un nudo y un desenlace, y a la vez debe tener la
semilla que provoque una serie de dudas e interrogantes para que
genere el interés en el lector y continúe con su lectura. ¿Cómo
debe escribirse un capítulo? En los talleres de escritura siempre
te llenan de teoría sobre lo que debes hacer y no hacer, así como
de los elementos de que debe constar un relato -en este caso
capítulo-: no debe faltar una metáfora, un punto de giro en el
argumento, una evolución en el personaje...
Y yo estoy de acuerdo con la teoría, pero la teoría está hecha
para no respetarla, pues de la misma manera que para cocinar una
paella esta debe contener ciertos ingredientes indispensables, pero
¿qué pasa cuando falta uno o se cambian las judías verdes por los
guisantes? La paella sigue siendo paella. Pues en la escritura ocurre
igual. Me gusta saltarme las normas sobre lo que debe contener y no
contener un texto, como por ejemplo agregarle dos puntos de
inflexión, una metáfora de situación en el titulo, o agregar un
epilogo de dos lineas para cerrar el texto. La creación es algo
personal, de cada uno. Los talleres
están para aprender unos conocimientos básicos pero después es uno
mismo, en su posterior desarrollo, quién los utiliza para, como y
cuando quiere.
©
Miguel Urda. Texto
Foto.
Google