6/01/2024

El buen nombre, Jhumpa Lahiri: La emigración de los sentimientos



Hay escritores que dejan de serlo cuando cesan de escribir en la lengua que los consagró. Jhumpa Lahiri es uno de ellos. Promesa narrativa desde que publicó El intérprete del dolor en el año 2000 al que seguiría la novela que justifica estas líneas El buen nombre en 2003, a partir de que la escritora, de ascendencia bengalí aunque nacida en Inglaterra, decidió hacerlo en italiano ha perdido toda la calidad que contenía sus narraciones. 

Aquí nos encontramos el contraste entre dos culturas, teniendo como punto de desarrollo la vida de una familia de origen indio emigrados a Estados Unidos y el choque cultural que representan. A partir de un accidente en un tren y como homenaje a Gogol, uno de los grandes escritores rusos del siglo XIX, Lahiri narra desde el inicio de un matrimonio concertado las dos vidas: la del matrimonio, dos desconocidos aprendiendo a vivir juntos, y por otro lado, la convivencia que resulta de aprender a vivir en Estados Unidos, país carente de un acervo cultural, sin perder el nexo en la raíz del país de origen. 

Jhumpa Lahiri maneja con minuciosidad los sentimientos y las consecuencias que provoca la emigración y ese intento de querer mantener viva la tradición cultural en el nuevo destino. Es una historia muy equilibrada donde deja al descubierto las carencias y las virtudes de los focos culturales, India y Estados Unidos. Lo fácil que es para uno despegarse de la tradición, ya que no la ha tenido mientras que para otros es un verdadero sacrilegio. Es una historia que avanza junto a la tecnología, factor que hoy hace que la novela haya perdido un poco de vigencia, pues si hay algo que los emigrantes llevan entre sus escasas pertenencias es un teléfono inteligente o smartphone para contar cada momento de su nueva vida o situación. Sin embargo, conserva ese valor arqueológico narrativo cuando se usaba el teléfono de línea y las noticias tardaban en llegar, lo cual a su vez le confiere un poso de estabilidad narrativa para degustar la historia y detallar cada momento que va acompañado con un mosaico de sentimientos, tantos nuevos como tradicionales. 

Algo que permite la novela es disfrutar de esos momentos íntimos de una familia donde se intenta recrear los vínculos que forman su cultura. Es una familia que busca ser una familia. Vemos cómo hay una tradición para nominar al primogénito; las opíparas comidas y su importancia o significado social; el papel de cada uno de los miembros de la familia; Los Beatles; la maternidad; el trabajo entre un nativo y un emigrante; etc. 

Los protagonistas rompen una tradición sin ser consciente de ello para sobrevivir en un país que les acoge con más o menos interrogantes, pero dispuesto a darle un cobijo sin comodidades en primera instancia. La historia desnuda a la tradición ante los miedos que provoca el futuro y sobre todo a los personajes femeninos sometidos al patriarcado y cuya misión ha sido sostener el hogar. El título de la novela hace justicia al accidente ferroviario que pone en marcha la novela y muestra una amalgama de sensaciones culturales que no dejan indiferentes. 

Son cuatro títulos los que intentan consagrar a Jhumpa Lahiri como una de las grandes escritoras del siglo XXI escritos en lengua inglesa. Además de los dos citados antes están La hondonada y Tierra desacostumbrada, sin ningún desperdicio narrativo. Ojalá recapacite y vuelva a escribir en su lengua materna. Describir los sentimientos que provocan la emigración sin caer en tremendismos o banalidades no es fácil y ella sabe narrarlo de forma magistral. 

© Miguel Urda Ruiz

Texto y foto


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