6/13/2024

La muerte de Iván Illich, León Tolstói: Un eco clásico lejano, pero actual

 



Quizás pueda resultar añejo decir que apostar por la lectura de un clásico es un acierto seguro, pero es así. Tolstói no defrauda, ni me siento engañado a la hora de comenzar a leer una de las obras "maestras" del autor ruso: La muerte de Iván Ilich. El título deja bien claro que la novela trata sobre la muerte de un hombre. De profesión juez y miembro del Tribunal de Justicia de San Petersburgo, por lo que ya tenemos una ligera idea del grueso de la novela, para no caer en argumentos erróneos. 

El escritor ruso, parte de un hecho real para novelar esta historia. Sabe lo que quiere contar y como lo quiere contar. A la vida del juez, le acompañan personajes como su mujer, sus hijos, unos compañeros de trabajo y amigos, así como un criado, Guerásim. Personaje que aporta el contrapunto de la novela con el personaje principal y deja al descubierto la condición humana al ser protagonista de hechos que no esperaba y no poder modificarlos, ni siquiera eludirlos, en definitiva, trata de estar supeditado a los caprichos de la vida siendo Juez, es decir, alguien en el escalón medio de la pirámide social rusa de la época.

La evidencia temática puede parecer simple y destaca en un primer plano: la muerte. Pero bajo esa palabra o concepto subyacen una serie de temas que hacen que la novela tenga el peso histórico que tiene: el paso del tiempo, la muerte, el sufrimiento ante la enfermedad, una crítica al matrimonio a las diferencias sociales, los intereses ocultos.

¿Qué tienen los clásicos, en este caso un clásico ruso, que hace pensar en la novela bastante tiempo después de haberla terminado de leer? ¿Qué sentimiento se produce ante la muerte del protagonista? ¿Qué quiere decir Tolstói con esta historia? Son preguntas cuya respuesta es dada por el paso del tiempo en ella, –publicada en 1886–, es una obra de completa actualidad pues aborda temas que siguen vigentes en la sociedad –y que en el fondo pueden cuestionar si el hombre verdaderamente ha evolucionado– como es la disputa por un puesto de un funcionario, el vivir por encima de las posibilidades, la soledad o cómo afrontar una enfermedad. 

Cuando se acaba de leerla la sensación es positiva. En la actualidad todo es tan diferente al ayer, aunque el hoy parece una copia calcada de forma rápida del ayer. La novela tiene un eco lejano clásico pero que reverbera en la actualidad. 

Tolstói, ya se sabe, no defrauda.


© Miguel Urda Ruiz, texto

Fotografía, Internet


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