10/02/2012

Las historias secretas que Hopper pintó







Que dos vertientes culturales, como son pintura y escritura, se den la mano es algo común y repetido infinidad de veces a lo largo de la historia. El caso de Las historias secretas que Hopper pintó (Icaria editorial) no va a ser menos. Es un libro basado en una serie de relatos donde la autora, Erika Bornay, nos deleita con diecinueve relatos inspirados en cuadros de este pintor estadounidense.
Hay quien dice que es fácil hablar −criticar, opinar, disertar...− sobre un cuadro, pero adentrarse en el mundo de un lienzo, y aún más, en la hierática atmósfera que Hopper consigue transmitir en sus cuadros, no es fácil. Pintar un cuadro es contar, es narrar,... es la parte diseccionada de esa historia que el pintor quiere mostrarnos y en cierta medida hacernos cómplices de ellas. Para este libro la autora ha tenido que adentrarse más allá del propio cuadro, ha tenido que inventarse diecinueve historias, mimetizarse y darle coherencia a texto y cuadro, para que no desentonen.
Relatos que comprenden desde una historia de amor femenina, hasta el asesinato de un marido, pasando por un padre incapaz de demostrar su afecto hacia su hijo, la soledad
El libro se lee sin dilación ninguna, con una lectura fácil, amena y agradable para el lector.
La autora ha conseguido que como lector me acerque al papel, al hecho, el motivo, a la secuencia de cada cuadro y por lo tanto a cada historia. Como lector inquieto y curioso me ha llevado a preguntarme ¿cómo ha sido la trama?, ¿la elaboración de cada relato?, ¿cómo ha inventado esa historia para ese relato? ¿que le ha llevado a asociar tal dibujo a una muerte, a un desencanto, a una traición...? ¿como ha inventado esa historia? ¿qué parámetros han sido los decisivos para aplicar esa historia a tal cuadro? ¿por qué esos cuadros?.. por que. ese trabajo, que el lector no lo percibe existe, se lo puedo asegurar.
Erika Bornay, profesora de Arte de la Universidad de Barcelona, nunca llegará a la categoría de autora de relatos como Roth, Aldecoa, Millas o Munro,.... Tiene publicados varios ensayos y la novela Los diarios de Fiona Courtauld. Este es su primer libro de relatos. Y ha conseguido que sea un un libro totalmente recomendable, para introducirte sin dilación alguna en el mundo de Edward Hopper y en la realidad estática del preciso instante de lo que el artista quería retransmitir. Estoy convencido que si Hopper leyese el libro, estaría totalmente de acuerdo con las historias que Erika Bornay ha creado para hacer la simbiosis con sus cuadros.
Un gran trabajo, para un buen libro que gracias a la exposición de Hopper del Museo Thyssen Bornemiza en Madrid, ha vuelto ver la luz en las librerías.

© Miguel Urda