10/12/2014

Competición de cangrejos


Es algo de lo que todos nos hemos dado cuenta: la educación se está convirtiendo en algo elitista. Ha sido ahora al volver a estudiar en la Universidad cuando he comprobado los precios tan desorbitados y que no están al alcance de todos los ciudadanos.
Al formalizar la matrícula he constatado que hay ciertos sectores de la población que cuentan con descuentos: funcionarios –una ventaja más para ellos y que después digan que no tienen ventajas (aunque no quiero entrar en este tema ahora mismo, queda pendiente para otro artículo), huérfanos, víctimas del terrorismo... y es en ese momento cuando me salta la pregunta: ¿por qué los desempleados no tienen descuento? Quien es seguidor de este blog ya sabe las vueltas que le doy a ciertas cosas y esta cuestión se merece más de una reflexión.
Si los desempleados -no me gusta la palabra parado- tienen descuentos en los museos, en los gimnasios, en los cines..., por qué no tienen descuento en uno de los sectores que más necesita la sociedad para evolucionar.
Voy a ser benévolo y pensaré que al gobierno o autoridad competente no se le ha ocurrido esto: dar facilidades al desempleado para que vuelva a estudiar, a reciclarse, a incrementar su currículum con unos estudios...; y no se ha dado cuenta de que el conocimiento es uno de los principales pilares para que una sociedad avance y que prefiere todo lo contrario: una sociedad inculta, ignorante, analfabeta para que ellos puedan dominarla a su antojo y perpetuarse en el poder, por lo que queda claro que atendiendo a estos criterios deducimos por dónde va la línea de actuación de nuestro gobierno -¿solo el nuestro?-: menor cocimiento-mayor manipulación.
Cada vez tengo más claro que estamos inmersos en una competición permanente como humildes cangrejos.

© Texto  Miguel Urda

Foto  Google