¿Por
qué el título El amante? Esta pregunta es lo primero que se
me viene a la cabeza cuando termino de leer el libro. Y de acuerdo
que hay un amante en la novela, pero tiende a confusión con la obra
de Marguerite Duras y la novela es mucho más que un amante que
aparece en la vida de una persona. El amante del escritor
israelí A. B. Yehoshua es la disección de seis personajes, de una
sociedad, de un país alrededor de los cuales gira la historia.
Yehoshua,
autor incluido en la clasificación de los escritores de la
Generación del Estado, excluye los temas del Holocausto de su
temática para centrarse en las relaciones personales en un
territorio nuevo donde todo es confuso, conflictivo y controvertido.
Con el trasfondo de la guerra de Yom Kipur, en 1973, cuenta una
historia que nos puede parecer atípica, ya que encontramos que es un
judío quien contrata a árabes para su taller de mecánica al estar
sus compatriotas en la guerra. Sin embargo, la novela tiene un
comienzo difícil que hace todo lo contrario: apartarte de su
lectura. Aunque no es hasta la segunda parte, en la página cuarenta
y cinco cuando la novela te atrapa y ya no puedes dejar de leerla. Se
inicia con el marido de la protagonista, Asia, en la búsqueda del
amante de su mujer, y uno tiende a los prejuicios sociales de que
quiere ajustar cuentas con él, pero no es así, sino que supone la
punta del iceberg de unas relaciones sociales y psicológicas.
El
amante, Gabriel, está presente sin estar presente en gran parte de
la novela, es la sombra amenazante que acecha a los personajes para
destruir su mundo, un mundo que esta hueco, insatisfecho y cómodo
dentro de esa incomodidad. El autor consigue penetrar en las entrañas
de los pensamientos de los personajes dejando al descubierto diversos
puntos de vista de la situación que se vive en el momento: la
relación entre judíos y árabes; las culturas y la religión van de
la mano; las relaciones por edades entre los personajes.
La
historia avanza en las distintas voces de los personajes, dando pie a
historias entrecruzadas, o la misma historia contada por diferentes
protagonistas con el consiguiente cambio de punto de vista, o un
personaje comienza una historia y es otro personaje quién la
finaliza. Hay personajes de todos los rangos de edad: Naim: niño que
ayuda en el taller de mecánica de Adam y que es obligado a trabajar
en lugar de ir a la escuela; Dafi, hija adolescente de los
protagonistas de la novela y que sufre de insomnio y problemas
escolares; Asia y Adam, matrimonio protagonista –ella profesora y
él mecánico que con cuarenta años se siente viejo y cansado–.
Gabriel, el amante, el extranjero es el fruto que aporta la ilusión
a los personajes y Vaducha, la abuela que ha despertado del coma, es
decir, Yehoshua disecciona por edades a los componentes de una
sociedad, de un territorio definido o indefinido según el punto de
vista del personaje que se mire. Los personajes, a su vez, son el
embrión de sus propias historias, que podían ser desarrollas en una
novela aparte.
Sin
embargo, a mi modo de entender, Yehoshua escribe de más, es decir,
justifica la desaparición y aparición del amante para intentar
explicar el por que de una guerra. La novela hubiese ganado en
calidad si no hay justificación, quedando todos los cabos atados de
la historia por sí mismos dada la forma de narrar que tiene el autor
israelí.
He
dicho unas líneas más arriba que los personajes podrían tener su
propia historia y así los veo. A dos novelas me ha remitido esta
historia y ambas muy diferentes, pero que a su vez enlazan con el eje
vertebral de desilusión y contenido vacío de la sociedad. Un
Gabriel, el amante, me ha llevado directamente a Meursault, El
extranjero (1942) de Albert Camus que va a enterrar a su madre y
que no sabe “si ha muerto hoy o tal vez ayer”. A Asia, la madre,
la esposa, la profesora, la veo reflejada en la protagonista de la
novela de Magda Szabó, La Puerta, publicada en Europa tras la
apertura al mundo exterior de Hungría. ¿Son influencias para A. B.
Yehosua? ¿Hay paralelismos? ¿Existe metaliteratura encubierta
dentro de esta historia? Es el lector quien tiene que decirlo.
El
amante está publicado en Duomo Ediciones.
©
Texto y foto
Miguel
Urda