1/07/2009

NO PODEMOS CAMBIAR LAS CARTAS QUE LA VIDA NOS HA REPARTIDO, PERO SÍ CÓMO JUGAMOS NUESTRA MANO

Hablar sobre el futuro, el rumbo de nuestra vida ha sido siempre motivo de interés en todas las culturas pasadas y fundamento de muchas conversaciones de mesas de camilla de hoy en día. ¿Tenemos la vida marcada o dirigida desde el mismo momento que nacemos? ¿Podemos modificar el rumbo de nuestro destino? Según Randy Paush “no podemos cambiar las cartas que la vida nos ha repartido, pero sí cómo jugamos nuestra mano”. De esta cita extraemos en una primera observación que la vida nos ofrece una serie de cartas cuyo nombre puede ser amor, trabajo, ilusión,… pero que depende cómo las juguemos así será nuestro camino o nuestra forma de ver la vida. Todos hemos estado enamorados de una forma u otra de una persona, todos hemos reído, todos hemos padecido la muerte de una persona querida y cercana… Estas sensaciones son unas cartas obligadas en este juego de la vida, lo que depende es como la juguemos, cómo nos afecte ese sentimiento.

Muchas veces intentamos adivinar la carta que el destino tiene preparada para nosotros a través de técnicas milenarias: tarot, bola de cristal, leyendo los posos de café ,interpretando las líneas de la mano… Lo que nos deparara la vida siempre ha interesado a la sociedad, desde nuestros primeros ancestros hasta la actualidad usando siempre diferentes medios para intentar adivinar el porvenir. ¿Por qué esa inquietud de intentar saber el paso próximo de nuestra vida? Queremos estar preparado para lo que se nos viene encima si es negativo o abrir el corazón para la alegría que tiene que llegarnos. ¿Somos cobardes y queremos saber lo que realmente nos va a llegar? ¿Estamos preparados para saber si el futuro fuese bueno o malo? ¿Aceptaríamos que el futuro próximo fuese negativo para nosotros? ¿Nos dicen la verdad todos los supuestos “adivinos de futuro”? ¿Está el ser humano necesitado de creer en algo más para llevar una existencia tranquila?

Todo esto son las cartas que componen una vida y que tienen tres tiempos: presente, pasado y futuro. Sabemos el pasado –el cual, cuando queremos, lo modificamos a nuestro antojo, olvidando lo que no nos interesa- el presente, que es la carta mas difícil del juego y la que te obliga a estar a todos los palos de la jugada, y el futuro, que aún está por repartir. ¿Quién sale ganador o perdedor en la jugada de la vida?