5/10/2009

Por la mañanita temprano.

Casi todo mi círculo de amistades, así como las personas de mi alrededor saben que me gusta madrugar, aunque algunos me tachen de loco por ello. Como estoy intentando recuperar el ritmo del único deporte que he practicado de forma más o menos regular toda mi vida, el correr, y que últimamente tenía aparcado, todas las mañanas, sobre las 7.30-8.00, horas me bajo a la playa a practicarlo. Pero mientras cojo y no cojo la resistencia voy intercalando carreras cortas con paseos a paso ligero.

Hay quien piensa que a esas horas la playa está desierta, pues NO, pensamiento erróneo. A esa hora puedo decir que en la playa hay “overbooking” y quizás pueda parecer exagerado pero es así. Voy a describir brevemente el paisaje de personas que me encuentro a lo largo de una hora y media de ejercicios que da para mucho, mucho, mucho.

El primer elenco de personajes que me encuentro son las amas de casa, quienes, tras poner al marido el café del desayuno y largarlos pa trabajar, se van a caminar. Casi siempre van en pareja y charlando. Creo que de todos los grupos que voy a exponer, por aquí, éste es el más intenso y sobre el que más puede escribirse. Igual un día vuelco aquí algo sobre ellas, pero de momento solo voy a dar pinceladas. Las amas de casa salen a caminar para pensar que hacer al marido de comer, para intentar perder esa barriga que les distorsiona un poco el torso; pues ellas no estan gordas, solamente es barriga,… En este paseo, son ellas mismas, sin nadie que las condicione para caminar más, menos, vestirse de tal o cual forma. Son una parte muy importante de la sociedad para tenerlas en cuenta y un nivel máximo como fuente alimentación creativa.

Después me encuentro con los pescadores de caña, quienes están salpicados por todo el recorrido. Los más mayores suelen darte los buenos días, a los más jóvenes parece ser que no les enseñaron buenos modales. Siempre he admirado la paciencia de estas personas al estar, horas y horas, mirando una caña y su movimiento, signo de que han pescado algo.


Otra serie de personajes que hallo en mi recorrido matutino son los señores que sacan a pasear al perro –no quiero pensar que la señora eche al esposo tan pronto de casa- y los hay de todas las edades y estados civiles, desde el recién casado- el cual no se atreve a decirle a su flamante esposa que no saca al perro- hasta más mayores, donde parece que el orden se invierte, que es el perro quién saca el amo a pasear.

En el recorrido paso por un hotel de lujo y con acceso directo a la playa. La que gente que me encuentro es de diferente estatus, salen: a caminar por la playa vestida de calle, con ropa cara y zapatos de tacón (las señoras) Ambos llevan una piel color salmonete, producto de haber estado el día anterior expuesto a la barbacoa, digo al sol. También los hay que salen a correr o hacer algo de deporte y su forma es diferente, bien claro lo proclama su ropa: zapatos, pantalones, camisetas, gafas de sol… todo de marca y caro, vamos, que podría decirse que son modelos de ropa deportiva. También hay mucha gente que a esta hora de la mañana hace deporte por aquí, pero con ropa del “decathlon”. Y estas personas –yo incluida- podrían definirse como las personas que venimos a practicar deporte y a apreciar un poco el mar. Y hay tipos de todas clases, gente que se deja la piel corriendo, otros que no pueden levantar el pie a los dos metros…

Durante este recorrido hay muchos más personajes que me encuentro: parejitas que buscan la playa para… fotógrafos en busca de la foto perfecta del amanecer, adolescentes que casi no han acabado la noche… Pero todos estos personajes, posiblemente, tengan cabida en otra entrada de blog.

Miguel

5/06/2009

Por propia voluntad

Había dejado todo, por propia voluntad, en la cúspide de la fama: número uno en ventas de discos, miles de seguidores, galán de renombrado éxito en la gran pantalla… Fueron muchos los rumores que apuntaban a que lo abandonaba todo por el amor secreto de una dama de alta sociedad.
Y ahora después de tanto tiempo, donde vivía en un cómodo y deseado olvido, había un programa de televisión, de esos que llaman del corazón, que había destapado los recuerdos añejos de su persona.
Y era cierto, que había dejado todo por amor, pero lo que no salió, lo que no descubrieron fue que lo dejo todo por el amor de otro hombre.
Nunca se arrepintió.
Miguel

5/01/2009

mirada triste

Para BABELITO, que es un tío... grande, grande; no cambies nunca.




Su trabajo le hacía manejar constantemente retoques de sonrisas, miradas, arrugas...
Una noche su cuerpo le pidío satisfacer uno los instintos más básicos del ser humano. Se fue a la calle donde sabía que hallaría lo que buscaba. Lo encontró. Y en la complicidad, intimidad y derecho que otorgan 30 Euros le preguntó: ¿por qué tienes la mirada triste?


Miguel

4/28/2009

SE NECESITA...

UNA AYUDITA, por favor. Os comento. El texto que tenéis a continuación es el principio de una novela, tengo pensado el comienzo, el núcleo y el desarrollo, pero... ando algo encasquillado en ello y no puedo proseguir escribiendo. ¿Me echaríais una mano? ¿Qué os dice este párrafo? ¿Cómo lo continuaríais? ¿qué pensas de él? ... Todo ayuda o idea posible es bien recibida. MUCHAS GRACIAS



Se necesita…”
Ni siquiera tenía una idea “abstracta” sobre el trabajo en sí. El anuncio del periódico era muy escueto: “Se necesita chica joven, soñadora, inteligente. Bien remunerado” y un número de teléfono a continuación. Nada más leerlo motivada por los factores de la curiosidad y la necesidad de trabajo pensó en llamar. ¿Quién podía buscar a una chica joven, con sueños y que fuese inteligente? y además pagaban bien. Si hubiese sido algo de sexo, habrían pedido buen cuerpo. Pero aquí esa cualidad no era requerida por lo que comenzó a pensar en trabajos que pudiesen necesitar esos requisitos. Igual sería como una paradoja donde por un lado pensamos que es una cosa y después es algo, totalmente, diferente.
Dejó un momento los pensamientos sobre los trabajos que podían necesitar esas cualidades y volvió al teléfono. Marcó los nueve números despacio para no equivocarse. Tras dos breves sonidos que indicaban que estaba sonando el aparato al otro lado, alguien descolgó el teléfono.
- Diga – contesto una voz de un hombre de edad maduro.
- Buenas, llamo por el anuncio del periódico.
- Sí. ¿Qué edad tiene?
- 21 - respondió ella.
- Dígame el último libro que ha leído, por favor?
Ella respondió sin titubeo alguno.
Y ante la respuesta de la joven, la persona respondió al otro lado del teléfono con una afirmación sin pronunciar, como un “aja” para si mismo.
-¿Podría venir mañana para hacerle una prueba?
- Si. ¿A dónde debo ir?
- Tiene que venir a la siguiente dirección, ¿tiene donde apuntar?
- Sí -contestó ella. Y tomo notas en el mismo borde de la hoja del periódico donde estaba el anuncio.
- Gracias. La espero mañana y por favor traiga el libro que este leyendo en estos momentos. Colgando el teléfono sin dar tiempo a preguntar algo más referente al trabajo.
La información que le dieron apenas sirvió para tener una conclusión propia sobre qué tipo de trabajo podía ser. Fueron unas cinco o seis frases. Algo breve pero muy directo. Pagó el café y salió calle abajo con la cabeza en plena ebullición de pensamientos. Ahora su mente se debatía en una dicotomía. Tenía una cita para el día siguiente en un lugar que no sabía dónde era para un trabajo que tampoco sabía lo que era. Y una duda más añadida para una chica joven que quiere vivir en la vida.
Todo el día tuvo en la mente el anuncio del periódico. ¿Habrá llamado mucha gente? ¿Habrá muchas personas con esas cualidades?. Qué cosa más extraña que me preguntasen por el último libro leído. Deseó que fuese ya mañana. Tenía muchas ganas de salir de dudas. Hoy en día, en esta sociedad cada vez más difícil y compleja, que cada vez crea una individualidad más inherente, pero impersonal, todo es superfluo, más rápido, más light –incluso los hombres se dicen que ahora son "light”- y el consumismo premia al ser humano, hay alguien que reclama tener sueños. ¿Será para hacerlo realidad?

Miguel


4/24/2009

La soledad del...

Microrelato
Y con la experiencia que otorga la sabiduría de una vida, casi agotada, le dijo:
- La soledad del fin de semana puede llevarte a tomar decisiones en falso. Cuidado con precipitarte, deja reposar el sentimiento para que salga por sí mismo, cuando lo crea necesario.

Miguel

4/21/2009

FECHA DE CADUCIDAD

Microrelato
Solamente unos amigos muy muy íntimos lo sabían. Tenía fecha de caducidad. Dadas las circunstancias de su vida, no quería ser un estorbo para nadie ni quería ir viendo como mermaban sus facultades y estar supeditado a los demás . Así que, cuando llegase el día, de un año en concreto, él… se iría de forma voluntaria, en silencio. Lo tenía todo calculado: lugar, forma…
Ayer caducó su vida, tal y como lo había pensado.


Miguel

4/19/2009

¿Fin de ciclo?

Para RAM, copartícipe en alguna de las hojas de mi libreta, Moleskine, negra



Buscando, a la que vez que trasteando un poco, unos papeles en el cuarto del ordenador me he encontrado una gruesa carpeta con unos folios escritos a mano por mí, y una serie de post it de colores con anotaciones referentes a una novela que tanto en mi vida personal como en la literaria ha tenido influencia notable, me refiero a “Nubosidad Variable” de Carmen Martín Gaite. La curiosidad en un principio me ha llevado a hojear todo lo anotado y ello me ha incitado a buscar directamente el libro, el cual –y ha sido una sorpresa doble, pues me he encontrado con un ejemplar que no recordaba tener-, al ojearlo, me ha abducido una vez mas metiéndome de lleno en la lectura –relectura- , ha sido de un tirón con la paradas necesarias para saborearlo y hacer alguna que otra anotación.
El libro narra el reencuentro de dos amigas de la infancia y adolescencia después de mucho tiempo de separación. Para mí ha sido como un salto de trampolín hacia el terreno de la amistad que últimamente anda algo resquebrajado, pero, como estoy en pleno proceso de transformación personal –ver entradas anteriores de este blog- intento ver las cosas de diferente forma. Creo que esta novela a la que he recurrido en muchas ocasiones -a veces pienso que ha sido ella la que ha venido a mí-, ¿con esta última lectura doy por comenzado? el final de un ciclo que ha estado compuesto por muchos factores negativos, dado que en estos momentos siento que algo diferente comienza a crecer en mi interior, los sentimientos quieren cobrar vida de nuevo, la ilusión se hace notar y… Pero creo que lo que siento lo refleja Sofía perfectamente en esta cita: “comprendí que hay que mirar las cosas desde fuera para que el desorden se convierta en orden y tenga un sentido.
Todo se entiende de otra manera. Quizás el hecho de recurrir de forma inconsciente a Sofía y Mariana me hace preguntarme ahora si he estado estancado en el pasado, y si los pensamientos los tenía tan atrofiados y desordenados que no me dejaban ver otra cosa, es como si estuviese dando vueltas en un circulo vacío y viciado.
De la relectura vuelvo a sacar nuevas conclusiones, nuevas anotaciones, nuevas formas de ver hechos de algunos de los personajes (míos también), pero la esencia de la historia y mi interés hacia ella continúa intacto: lo que conlleva la palabra amistad y la forma de encarar los problemas cada persona. La autora nos refleja de forma muy simple y directa problemas comunes a todos los seres humanos: el engaño por amor, la soledad del profesional incapaz de mostrarla delante del paciente, un matrimonio agotado y sin fuerzas para terminarlo… Las protagonistas presentan también una vida agrietada, desilusionada; dueñas de una impuesta comunicación personal con los suyos o el entorno que las rodea. Creo que la primera vez que leí el libro fue por el año noventa y seis, y ya me impactó la manera tan sutil de tratar los problemas de dos mujeres de edad madura así como la forma que lo desarrolla tan fantásticamente la autora, la correspondencia y ejercicios de redacción. Próximamente volcare aquí un resumen sobre la novela.
Me ha resultado llamativo que las dos ediciones que este libro que poseo son ediciones facsímiles, que con el tiempo tomaran un color añejo y tacto áspero. Ambos ejemplares son el primer volumen de una colección de narrativa hispánica de venta semanal y de los cuales solo compre el primer número. El primer ejemplar es de color rojo y el segundo de color azul el cual no me acordaba de tenerlo, al releer este ejemplar he subrayado cosas que también tenía resaltadas en el primero, lo constato ahora que, al momento de escribir estas líneas, he ido a por él en la estantería donde reposa. Me llama la atención ver cómo hay cosas que no cambian, y tanto en uno como en otro están subrayas o con observaciones al margen, y observar cómo notas pasadas han perdido el valor que tenía en su momento; así como las que ahora subrayo perderán su importancia dentro de un tiempo.

El ciclo de Nubosidad Variable se cierra, así como un ciclo en mi vida está tocando fin, pero no con un portazo definitivo, sino temporal, abierto, para recurrir a él cuando necesite alguna herramienta literaria. Como simbolismo de la amistad, queda aparcado, pues veo las cosas desde otra perspectiva.

Miguel