Y digo bien cuando título esta recensión como una carta en femenino, porque pienso que es así. Bajo el cobijo del formato de conferencia, impartida en el CaixaForum de Madrid, en el año 2019, y en el ciclo Ni ellas musas ni ellos genios, Belén Gopegui se adentra con Ella pisó la luna en la cicatriz social para mostrar el desequilibrio entre ambos géneros, pero motivado o justificado en el matrimonio de sus padres.
Una vez que te adentras en la lectura, te das cuenta de que no aporta nada nuevo que la sociedad no sepa o sea consciente de ello, sino que entra en la esfera privada de su vida. Es un ejercicio individual de mostrar al público algo que considera que debe saber y se intuye un cierto poso de resquemor o de queja, pero sin llegar a ser un ajuste de cuentas. Y ahí radica el quid del asunto: no profundiza en ningún tema en concreto. Habla de aspectos de la mujer que la llevan a ser relegada al hogar, poniendo como ejemplo a su madre, que tuvo que cuidar de la casa y de sus hijas (una con discapacidad) mientras que al marido le otorgan un puesto relevante en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial que colabora con la NASA. Es decir, la mujer a la casa y el hombre a trabajar. Se puede estar de acuerdo o no con esto; sin embargo, es lo que imperaba en la época franquista.
Sobre dicho tema hay una cantidad ingente de literatura y ensayos, pero Gopegui no aporta nada nuevo, solo muestra el sacrificio de la mujer en pos del reconocimiento del hombre. La mujer, si tenía que trabajar, era en puestos triviales para el hombre, pero esenciales para la sociedad, como podían ser: enfermeras, maestras, dependientas… Lo cual provocaba un sentimiento de culpa al intentar destacar y tener una valía propia. Porque había una cosa clara: la mujer se sacrificaba por amor a los hijos y al marido, es decir, a la familia. (Aspecto no integrado totalmente en la sociedad de hoy en día, pero es otro punto a debatir en otra ocasión).
Dentro del libro, se percibe material para profundizar en el tema central y hacer un trabajo más exhaustivo y de notable calidad. El texto editado por Random House va acompañado de fotografías del álbum familiar. Sabemos que el hombre pisó la luna, pero la mujer conquistó su propio espacio aportando la sabiduría que otorga la "leche materna", como reflejó Helene Cixous. Belén Gopegui desnuda una parcela de su intimidad, pero es demasiado tupido el velo para poder ver algo nuevo.
© Miguel Urda Ruiz, Texto
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